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Los Estudios Sobre La Juventud En México

El análisis no se centra en el contenido del intercambio, sino en el sistema que ha hecho posible el intercambio. Esos signos son inadecuados para discursos prolongados, convienen perfectamente, al contrario de la palabra, a la transmisión de informaciones sobre la condición social del actor, sobre la imagen que tiene de sí mismo, de sus interlocutores o del lugar. El presente artículo revalora la comunicación no verbal y los usos del cuerpo dentro de los estudios sobre las construcciones identitarias. El objeto de este artículo es revisar algunas aproximaciones teóricas —a la doxa sociológica— que permiten entender de otra manera a sujetos sociales como los jóvenes y los grupos subalternos. Tiene su énfasis en los jóvenes y los grupos subalternos. A partir de mi experiencia con jóvenes, músicos y, en general, con grupos subalternos en la investigación1 de sus elaboraciones identitarias —con especial énfasis en la música— advierto que poseen gran claridad y propuestas al ternativas, en algunos casos rebeldes y de confrontación frente a su sociedad, y los marcos estructurales que los restringen y controlan. 17 Llamada por sus dueños «La discoteca más grande de Latinoamérica», nombrada también, debido al éxito de las presentaciones de los grupos de Colombia, «el templo del vallenato».

Es la creación, como en collage, de su propia identidad por intermedio de la indumentaria, los accesorios, los vestidos, los bailes y la música; en el uso del cuerpo y las interpelaciones que logran con él. Las bandas, identidad urbana y usos de la comunicación. Esta perspectiva teatral de Goffman se desarrolla entre 1950 y 1970 para lograr entender una clase media en ascenso, influida crecientemente por los modelos de vida impuestos desde la publicidad y los medios de comunicación masivos, es decir, el desplazamiento hacia una identidad que se establece a partir de lo que se consume y lo que se aparenta. Que desde el rancho, el campo, traen esta cultura de la danza, autóctona, y que existe una danza autóctona, en un colonia popular que de repente bailan en una festividad religiosa enfrente de los templos, la bailan en los ranchos de los cuales proceden. México: Fondo de Cultura Económica.

México: UAM/El Colegio de la Frontera Norte. México: El Colegio de la Frontera Norte. México: El Colegio de México. Blanco Arboleda, Darío, 2005b, entrevista a Celso Piña, Monterrey, México. En Monterrey, a los colombias se les ridiculiza nombrándolos «colombianos» asociándolos así con «los cholos», quienes tienen vestimentas llamativas y muy mal vistas dentro de la «norma» regia. La ostentación de la carne o su exposición inadvertida en público es molesta, perturbadora y potencialmente subversiva,8 de igual manera con vestimentas que rompan con la reglamentación social y no cumplan con la estética deseada, esperada. En Monterrey y sus zonas de influencia, en el noreste de México, surgió con el baile colombiano un fenómeno que me parece sumamente llamativo.

12 En México, actualmente, se observa que se ejecuta este tipo de coreografías en bailes como el merengue dominicano de mucho erotismo y contacto físico, en su versión original. Lo paralingüístico se refiere a los usos de la voz, el timbre, el tono, el volumen, la velocidad con que se habla, los silencios, que así comunican estados emocionales, veracidad y sinceridad. 13 Ejemplos abundan, desde el rock con Elvis Presley, hasta el rap con Eminem, pasando por múltiples intermedios, y sólo tomando a Estados Unidos por ser más conocido. Vistes con el mayor cuidado posible (por encima de casi cualquier otro momento); eres meticuloso en la «imagen que emana de ti», de tu presentación ante los demás, y cómo puede ser leída (Goffman). No es posible encontrar una esencia del yo, en todo caso se tienen múltiples y traslapados «yos» que aparecen discriminadamente, según el tiempo y las circunstancias.

El performance es formalmente reflexivo —es significación sobre la significación (metacomunicación)— en cuanto éste llama la atención a, y envuelve, la manipulación autoconsciente de las características formales del sistema comunicativo, como el movimiento físico en la danza, el lenguaje y tono en el canto, o la ropa escogida según los contextos, etcétera. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo, México, FCE. Bourdieu, Pierre, 1990, Sociología y cultura, México, Grijalbo/Conaculta. Aun cuando el estudio de estas formas comunicativas aparece casi a la par de la sociología y tienen de novedoso lo mismo que la disciplina, continúan siendo marginales y secundarias frente a temas como la economía, la familia, el trabajo o la religión; dentro de la doxa se les juzga frecuentemente como epifenómenos. En consecuencia, este trabajo establece un posicionamiento en (y vuelta la mirada hacia) el lado corporal no verbal; una búsqueda de su integración con el lado racional–verbal sobrerrepresentado por la ciencia social. Algunos investigadores estadounidenses como Gregory Bateson, Ray Birdwhistell, Edward T. Hall y Erving Goffman, entre otros, replantearon el problema (partieron de cero en su búsqueda en pos de una teoría general de la comunicación) desde múltiples disciplinas como la antropología, la psiquiatría y la sociología.

La sociología y las ciencias sociales en general se han centrado en la discursividad de los individuos y de los grupos sociales, dejando como marginales o complementarios otros tipos de comunicación. Aquí se propone volver los ojos a los espacios desatendidos por la sociología dominante (sólo estudiados consistentemente por algunos brillantes outsiders), entender la comunicación no verbal, el manejo corporal, la kinésica, la proxémica, el baile, la vestimenta y los accesorios como fuentes densas de comunicación y sentido y, como tales, dignas de estudio y reflexión seria. Anteriormente, el modelo estaba centrado en la verbalidad, desatendiendo la comunicación corporal y el papel del emisor como actor–espectador dentro del sistema.

Aparece entonces un modelo comunicacional que busca una analogía con la música de una orquesta para reemplazar el telegráfico, el individuo ya no es el «autor» de una comunicación, sino que participa en ésta. Al inicio, se da cuenta de la aparición de un nuevo modelo comunicativo hacia la mitad del siglo XX, el cual buscaba aprehender en toda su riqueza este ejercicio de intercambio simbólico. Estos barrios tienen una alta densidad de habitantes y mucha gente del cerro de la Loma Larga que estaba ya saturado se desplaza hacia estos nuevos barrios, llevando consigo su cultura musical colombiana. Fue la primera expresión corporal de raigambre popular que enfrentó la herencia del pudor y el decoro (se rompieron todas las formaciones coreográficas de bailes).